sábado, 17 de diciembre de 2011

El vestuario de Amparo



                                                                                                                  Ligero equipaje / Duy Huynh

Guardaba en el último rincón del cajón de la cómoda sus penas, para que no la persiguiesen por toda la casa; las alegrías estaban cerca y a mano para dejarlas salir  rápidamente y que inundaran las estancias con sus risas y canciones. Los rayos de sol, plegados entre las sábanas blancas, y en el cajón de la ropa interior, sus ganas de sentirse guapa.
Los vestidos y pantalones, colgados de sus perchas y dispuestos siempre a sacarla de un apuro.
Las camisetas, bufandas y jerséis, junto a las bolsitas de olorosas hierbas,  le evocaban la cotidianidad del invierno, su lado amable y cálido.
Los abalorios y trajes de verano la llamaban cada día, queriendo engatusarla con sus luces, brillos y colores para que los sacara de paseo. Desconocían que habrían de permanecer mudos hasta la siguiente temporada.
El cariño, la ternura y el amor, la fantasía e imaginación, bajo su almohada, cerca de su cara, para soñarlos cada madrugada.

3 comentarios:

  1. Muy bueno, me recuerda a uno de los textos de los 36 RELATOS DE LA ESFERA, a MERECIDAS VACACIONES. Es muy bueno este micro.

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  2. Sí lo he buscado, me ha costado encontrarlo y sí también va guardando sus sentimientos a la hora de hacer la maleta. Deduzco que es muy difícil inventar nada nuevo, tenemos ideas parecida y hay tanto escrito!! El de la casa es muy similar al de Literanta. Siempre tengo la impresión de que escribo recurrentemente lo mismo. Gracias, Yolanda!

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  3. Ya, yo hubo un momento en que sentí eso mismo: que siempre escribía la misma historia aunque sobre diferentes temas, no sé, pero si nos pasa a todos, debe ser normal.

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